¿Porque estás aqui?

Porque se trata de eso, de bailar en ropa interior un sábado antes de salir para sentirte una súper estrella, de sentirte en un videoclip cuando escuchas música subiendo las escaleras del metro, de no poder evitar un paso de baile cuando escuchas esa estrofa que cambió tu vida a golpe de beat.

Porque se trata de música al fin y al cabo. Pop, electrónica, reinas, clubbing y modernas que lo darán todo en las raves.

Tragadores de la mejor mierda.

Ecos de Extrarradio.

viernes, 26 de julio de 2013

Rihanna llora por que su gira se acaba


Debe estar acojonada sin saber que hacer mientras vive su vida. Seguro que se las apañará. Para Rihanna dejar una gira supone un gran golpe psicológico, puesto que es lo que le da los recursos para comprarse la coca.

El Diamonds World Tour llega así a su fin en una espiral de berreos y graznidos en los que Estados Unidos y Europa han gozado de la presencia de la cajera de supermercado más famosa del mundo.

En realidad nosotros la vimos a finales de Mayo y ésto venía a ser una retrospectiva comparativa pero probablemente termine siendo un post en el que vayamos diciendo lo que nos da la gana.

Diamonds Tour (Lo de World no tiene puto sentido) es una gira extraña para una artista del calibre de Rihanna. No en cuanto a talento, pero si en cuanto a fuerza mediática.

De hecho, se podría decir incluso que es un paso atrás respecto al Loud Tour. Éste último tenía un concepto más claro y estaba orquestado de manera mucho más visual, auqnue repitiera varios conceptos y hasta atrezzo de la gira anterior.

Es verdad, por otro lado, que Rihanna se ha divertido muchísimo más en ésta gira. He aquí algunos de los sucesos más resaltables.

1. Cuando Rihanna se creyó karateka.



Vaya hostia le soltó. Lo mejor es que la canción sigue sonando aunque ésta use el microfóno de arma blanca. Love it.

2. De cuando le lanzaron comida.



Por llegar tarde. Y por mamarracha, así, en general.

3. Cuando lloró por que se sentía perdida.



Qué sentía ella. Que bien se lo ha pasado de gira. Que penita le da y que urticaria le sale cuando vuelve al estudio a grabar.

Y es que el Diamonds Tour es mucho más Rihanna que cualquier tour anterior. Su esencia está plasmada al 100% durante la hora y media que dura el concierto.

Y la pregunta es ¿Es ésto bueno? La verdad, es que no hemos conseguido llegar a una clara conclusión. El concierto parece una orquesta de verano más que una gira hecha y derecha en muchos sentidos.

Separar los segmentos por géneros músicales nos parece un error de los gordos, y tanto el prinicpio como el final son algo flojos. Pero vayamos al lío, que ya hay videos en Youtube como para hacerse un DVD. No de los de Epix, si no de los buenos.



Mother Mary nos parece un descalabro. Está guay querer ir de original y de rompedora pasando total de meter una intro pero LAS INTROS SON LO MÁS.

Eso sí, Phresh Off The Runaway la parte. De hecho se ha coronado como el hit del disco, a pesar de que en la crítica no le dimos más que un notable.

Nos encanta todo el rollo gangsta de la primera sección, y la interpretación, vocalmente hablando estuvo más que correcta. Lo que nos gusta menos es que lo haya ambientado en la antigua grecia, con botas sin tacón y proyecciones de andar por casa. Y Numb. Qué poco nos gusta Numb.

Decir que lo del vestuario anodino y las proyecciones de andar por casa es extensible a todo el show.

La segunda parte, dedicada a los sonidos reggae y caribeños, supuso una verdadera decepción. El dramatismo teatrero desaparecía entre una interpretación mutilada tras otra.

Notése el destrozo de What´s My Name.



Afortunadamente, el segmento ravera empezaba con una de las actuaciones más potentes de todas.



Jump puso a todo el mundo de pie, e incluso nos hizo creer que Rihanna baila bien con un uso abusivo del fuego y del estrobo. Hit. Si no la saca como single es que es tonta.

El fuego fue el factor común durante las siguientes cinco canciones, con lo cual ya perdía toda la espectacularidad. Atención a la selección de canciones: Nunca cantará Fire Bomb de manera digna pero sí que hará una interpretación salvable de Rockstar 101. De las pocas proyecciones interesantes.

Después de un momento mix de baladas completamente olvidable, entrábanmos en la recta final del concierto. Alguien le debería de decir a Rihanna que cortar canciones en directo es un sacrilegio y que diseminar baladas es mejor que arremolinarlas. Aprovechamos para ir a pedir cerveza durante éste momento. Verídico.



El momento radio, a pesar de tener una puesta en escena floja, movió a todo el mundo, ya que la procesión de hits, incluso con la presencia de una renovada Please Don´t Stop The Music, es innegable.

El final, a cuenta de Stay y Diamonds, es íntimo, pero poco efectista.



En general, el show aprueba, pero no es excelente. Te sabes las canciones, las cantas y las disfrutas pero carece de concepto y de actuación. Es un concierto completamente sometido a la voluntad de la artista y estamos seguros de que le han dejado meter más baza de lo habitual. Sin embargo, también estamos seguros de que será la última vez.

Muestra lo mejor vocalmente, pero decepciona en cuanto a parafernalia se refiere. Quedará en la memoria como aquel tour de Rihanna en el que ella era ella misma. Será reivindicado como el tour por los Navy en muchos años.

Lo dicho, un espectáculo muy Rihanna. Para lo bueno y para lo malo.

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